Vacheron Constantin Overseas QP ultraplano
- Redactor
- 27 sept
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La proeza que une eternidad y elegancia

En el universo de la alta relojería existen complicaciones que definen el verdadero espíritu de un coleccionista. Una de ellas, sin duda, es el calendario perpetuo, la capacidad de un reloj para anticiparse a las irregularidades del calendario civil y mantenerse preciso durante generaciones. Si a esa maestría técnica se suma la delgadez extrema de un calibre ultraplano, el resultado roza la perfección. Eso es exactamente lo que ofrece el Overseas Calendario Perpetuo Ultraplano de Vacheron Constantin.

El corazón de esta creación es el calibre de manufactura 1120 QP/1, un movimiento automático con tan solo 4,05 mm de grosor que integra calendario perpetuo y fases lunares. Una miniaturización que sigue siendo referencia en la relojería suiza y que permite una caja final de apenas 8,1 mm de espesor, delgada hasta el límite sin renunciar a robustez ni a fiabilidad.
El mecanismo corrige de forma automática las variaciones del calendario, meses cortos, meses largos y cada cuatro años, el mes de febrero tiene 29 días, conocido como años bisiestos. No necesitará ajustes hasta el año 2100. Una hazaña mecánica que, más allá de la poesía del tiempo, representa un argumento sólido para cualquier coleccionista que busca relojes con relevancia técnica real, una complicación ligera, cómoda y elegante.
Dos ediciones, dos personalidades
La colección se enriquece con dos nuevas interpretaciones:
Oro rosa con esfera dorada satinada, un equilibrio tono que resalta la pureza del diseño. La minutería azul aporta un contraste sutil y elegante, mientras las fases lunares en oro rosa refuerzan la coherencia estética.

Oro blanco con esfera burdeos lacada, una combinación sofisticada y atrevida, donde el color profundo aporta modernidad y carácter. El disco de fases lunares en burdeos intensifica el atractivo visual, dialogando con índices y agujas en oro blanco.

Ambas referencias mantienen el distintivo brazalete de oro de 18 quilates con eslabones inspirados en la Cruz de Malta, emblema de la Maison, y añaden dos correas de caucho intercambiables, que permiten pasar de la elegancia formal a un estilo deportivo y contemporáneo sin perder exclusividad.

La estética al servicio de la mecánica
El Overseas Calendario Perpetuo Ultraplano no es solo técnica, también es artesanía. Los acabados visibles e invisibles del calibre —Côtes de Genève, biselados, granulado circular— reflejan la excelencia que acredita el Poinçon de Genève. A través del fondo de zafiro, el coleccionista puede admirar la masa oscilante de oro de 22 quilates, decorada con una rosa de los vientos, símbolo inequívoco del espíritu viajero que define la colección Overseas desde su nacimiento.

En un único reloj, el coleccionista encuentra tres estilos en uno, el peso sólido y lujoso del brazalete de oro, la frescura minimalista del caucho blanco y la deportividad sofisticada del caucho azul o burdeos. Una propuesta de versatilidad poco común en la Alta Relojería, que suele ofrecer relojes más rígidos en su identidad. Aquí, la posibilidad de transformación aumenta su atractivo y convierte a cada Overseas en un compañero de múltiples escenarios.

Con casi 270 años de historia, Vacheron Constantin ha demostrado que la relojería puede ser técnica, artística y profundamente humana. Este calendario perpetuo ultraplano es el ejemplo perfecto, un guardatiempo capaz de seducir a los que buscan exclusividad real, innovación probada y una estética intemporal.
En palabras de François Constantin, escritas en 1819 y vigentes hoy más que nunca:
“Hacerlo mejor si es posible, es siempre posible.”
El Overseas Calendario Perpetuo Ultraplano no es un reloj más en la vitrina. Es la confirmación de que la eternidad puede medirse en milímetros.

En su versión de oro rosa, la esfera se ilumina con rayos de sol satinados. Los contadores parecen flotar en un tono sobre tono que solo se interrumpe por una minutería azul, un detalle mínimo pero esencial, como la firma secreta de un pintor. Las fases de la luna, también en oro rosa, invitan a pensar que este reloj no mide únicamente el paso del tiempo, sino también los silencios de la noche.

La versión en oro blanco, por su parte, dialoga con la profundidad del burdeos. El contraste es rico, sofisticado, casi sensorial. Aquí, las fases lunares se tiñen del mismo color intenso, como si fuesen un recuerdo líquido atrapado en el cristal.
Ambos guardan un secreto a la vista, su fondo de zafiro revela la masa oscilante de oro de 22 quilates, decorada con una rosa de los vientos. Una metáfora clara, este Overseas no solo acompaña al viajero, lo orienta.
Tres estilos, un mismo corazón
El Overseas no se ata a un único rol. Se transforma. Puede vestir con el peso majestuoso de su brazalete de oro, mostrarse más urbano con el caucho blanco, o desatar su magnetismo deportivo con el caucho azul o burdeos. Tres estilos en un mismo latido. Versatilidad, sí; pero siempre bajo el mismo denominador: la excelencia.

El arte de lo invisible
Detrás de cada superficie pulida, de cada línea satinada, de cada ángulo biselado a mano, se esconde la obsesión de Vacheron Constantin por lo invisible. Incluso las piezas que el ojo nunca verá han sido decoradas con la misma devoción que las que brillan en el escaparate. Eso es lo que diferencia un reloj de un objeto eterno.
La filosofía de lo imposible
Desde 1755, la Maison ha cultivado una búsqueda incesante: la de hacer mejor lo que ya era sublime. François Constantin lo escribió en 1819: “Hacerlo mejor si es posible, es siempre posible”. El Overseas Calendario Perpetuo Ultraplano encarna esa máxima: belleza sin arrogancia, complicación sin esfuerzo, técnica invisible al servicio de la poesía del tiempo.
Un reloj, tres estilos, infinitas vidas. El viajero que lo porte no llevará solo un guardatiempo: llevará un recordatorio silencioso de que la eternidad cabe en 8,1 mm de grosor.





