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Tenor

  • Redactor
  • 13 jul
  • 4 Min. de lectura

Un canto entre dos mundos, una ópera urbana de transformación


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TENOR es una comedia dramática francesa dirigida por Claude Zidi Jr., que mezcla los códigos del cine social con la emoción universal de la música clásica. La historia gira en torno a Antoine, un joven de los suburbios parisinos apasionado por el rap y el beatbox, que trabaja como repartidor de sushi. Un día, mientras realiza una entrega en la Ópera Garnier, su talento vocal es descubierto por la señora Loiseau, una exigente profesora de canto lírico. Fascinada por su voz cruda pero prodigiosa, lo invita a estudiar bajo su tutela.


A partir de ahí, Antoine se adentra en un universo completamente ajeno a su vida pero apasionante, como es la ópera, el conservatorio, los ensayos exigentes, el francés académico, los salones aristocráticos. Un territorio tan sublime como intimidante para alguien que ha crecido esquivando etiquetas. Pero la música, esa fuerza invisible que iguala lo que la sociedad separa, irá construyendo un puente entre su mundo y el de ella.

El joven cantante vivirá una transformación interna en un delicado equilibrio entre la identidad, la pertenencia y el miedo a traicionar sus raíces.



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🎭 Dirección y guion – Claude Zidi Jr.



El hijo del legendario director Claude Zidi se enfrenta aquí a una historia cargada de simbolismo contemporáneo, de clase, de raza, de arte, de identidad. Zidi Jr. huye del trazo grueso y opta por un tono íntimo, cercano, con momentos de humor contenido y silencios reveladores. Su guion, escrito con afecto por los personajes y sin caer en la condescendencia, evita estereotipos fáciles y se nutre de contrastes reales como la crudeza de las, frente al esplendor de la Ópera Garnier, los códigos callejeros frente a la rigidez del canto lírico.


La estructura dramática es clásica, es un encuentro improbable, una relación transformadora, un conflicto de identidad, un clímax emocional. Pero lo que hace que funcione es la verdad emocional con la que se cuentan los detalles. Zidi Jr. dirige con mano ligera, pero con oído atento al ritmo interno de sus personajes.



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🎭 Interpretación – Michèle Laroque y MB14 (Mohamed Belkhir)



Michèle Laroque, como la señora Loiseau, deslumbra sin necesidad de grandilocuencia. Su personaje es inicialmente frío, una mujer de mundo y de método, pero Laroque revela poco a poco una humanidad que se asoma por la mirada, los gestos, las pausas. Su química con MB14 es el núcleo emocional de la película. Ella no impone, invita, acerca, no transforma, acompaña.



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Mohamed Belkhir (MB14), campeón mundial de beatbox y estrella de “The Voice”, se siente como pez en el agua, parece un papel especial para el, aportando una autenticidad conmovedora. No interpreta a un joven de banlieue que descubre la ópera. Él es ese joven. Su Antoine tiene nervio, ternura, rabia contenida y una vulnerabilidad que estremece. Esas emociones se filtran no solo en su actuación dramática, sino en su uso del cuerpo y la voz como herramientas expresivas. Canta desde dentro, no desde la técnica, sino desde la herida.



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🎼 Música: análisis musical y cinematográfico.



La música de TENOR no es solo fondo es protagonista, es el lenguaje que une dos mundos aparentemente incompatibles. La ópera no se presenta aquí como un monumento intocable, sino como una vibración viva, corporal, capaz de hablar al alma de quien no ha pisado nunca un teatro, ni nunca ha estudiado la disciplina musical.


Se incluyen piezas del repertorio clásico (Puccini, Verdi, Mozart), pero también hay espacio para el beatbox, el rap, el flow urbano. Zidi Jr. no los yuxtapone, los mezcla, los une, saca identidad de ambos. La voz de Antoine —capaz de pasar del grave callejero al lírico agudo, sin perder autenticidad— es el símbolo sonoro de este mestizaje.



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En una escena particularmente impactante, Antoine se atreve a improvisar un beatbox suave entre las notas de una romanza clásica. Y lejos de romper el clima, lo eleva. Es el tipo de escena que explica el cine sin necesidad de diálogo. La partitura, a cargo de Jérôme Rebotier, acompaña la obra con discreción junto a pianos íntimos, cuerdas que no abusan del dramatismo, pausas que respiran. La música acompaña la metamorfosis emocional del protagonista como si se tratara de una segunda piel.



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Un análisis cinematográfico más allá del guion.



La cámara de Zidi Jr. se mueve con elegancia. A veces, con planos estáticos que remiten al orden del mundo clásico. Otras, con cámara en mano para capturar el caos del mundo urbano. Esa dualidad visual refuerza el conflicto interno del protagonista.

El montaje es sobrio, pero fluido, no hay excesos visuales, todo al servicio del relato. El uso de la luz es casi metafórico, la penumbra de los ensayos en soledad frente a la brillantez cegadora del escenario final.



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💬 Conclusión: una fábula musical contemporánea



TENOR no solo nos habla de música, nos

habla de oportunidades, de prejuicios, de identidad de cómo el arte puede ser una vía de redención y liberación, incluso cuando uno no encaja en el molde.

Con sentido del humor, con humanidad, con momentos de belleza inesperada, la película te conmueve sin forzar. Te emociona sin empujar y nos recuerda que, como decía Verdi, “puede que el amor sea una locura, pero es la única música que todos entendemos”.





Si quieres verla, en la actualidad se puede disfrutar en Amazon Prime.


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