Stick, cracks del golf
- Redactor
- 9 ago
- 3 Min. de lectura
Cómo se juega la vida entre hoyos, heridas y segundas oportunidades.

Una crónica emocional sobre la serie que convierte el golf en un campo de redención.
Hay series que se ven y otras que se sienten,
“Stick”, la nueva apuesta de Apple TV+, no es una historia sobre golf, es una historia sobre caídas lentas y reconstrucciones torpes, sobre los silencios que se hacen cuerpo y los vínculos que no siempre se nombran, pero salvan.

Y sí, también hay golf. Pero el golf, aquí, es apenas un lenguaje secreto para hablar de algo mucho más grande: la dificultad de perdonarse a uno mismo.

⛳ Pryce “Stick” Cahill, interpretado con una mezcla de ternura, sarcasmo y tragedia por Owen Wilson, fue una promesa del golf. El mundo le rendía reverencias… hasta que algo dentro de él se quebró, de forma pública, irremediable. Dos décadas después, vive entre ruinas, de su matrimonio, de su reputación y de sí mismo.

Pero todo cambia con la aparición de Santi Wheeler, un joven tan talentoso como enfadado con el mundo. Stick ve en él no solo un campeón potencial, sino un eco, un hijo simbólico que tal vez pueda reparar lo que él no supo salvar. Y así comienza una aventura que se parece más a un camino de esperanza espiritual que a una competición deportiva.

Stick no grita, susurra y cada episodio es un pequeño diario de emociones contenidas.
Bajo la excusa de los torneos, las apuestas y la vida en carretera, emerge un retrato descarnado de hombres y mujeres rotos intentando hacer lo correcto sin saber cómo y tropezando cada paso de dan. Es, en esencia, una historia sobre lo difícil que es cambiar cuando ya nadie cree en ti, y aún así, la unión que de una nueva familia, les ayuda a conseguirlo.

Hay un hijo muerto que nunca deja de doler,
un joven que necesita amor, pero solo sabe dar rabia, una madre que es columna vertebral, un amigo, caddy que parece sacado de un poema de Carver, fiel e inseparable en lo bueno y en lo malo.
Y una caddy nueva, Zero, una persona no binaria cuya presencia, lejos de ser anecdótica, se vuelve indispensable para que el equipo avance. Zero es brújula, conciencia, equilibrio, en ella habita la modernidad, libre, crítica, valiente.

La serie no pone etiquetas, las identidades sexuales, los traumas familiares, la necesidad de pertenecer… todo se mezcla con naturalidad, sin panfletos, porque la verdadera diversidad no necesita justificarse, simplemente ocurre, como en la vida.

La cámara en Stick se mueve con pudor, no irrumpe, observa, se detiene en los ojos antes que en los golpes.
Cada plano parece robado al instante justo antes del derrumbe.
La luz, cálida y melancólica, envuelve los cuerpos como si los acariciara, como si supiera que están heridos.

El director juega con el tempo del golf, pausado, rítmico, introspectivo. La serie podría parecer lenta, pero solo si no estás dispuesto a escuchar lo que no se dice.
Y aquí es donde Owen Wilson brilla, lejos de su arquetipo cómico, ofrece una interpretación conmovedora, contenida, con silencios más elocuentes que cualquier monólogo, no actúa para lucirse, sino para doler. Y lo consigue.

El golf, ese deporte silencioso donde el rival más duro siempre es uno mismo, es el espejo perfecto para los personajes. En Stick, cada hoyo es un desafío emocional, cada swing, una pregunta sin respuesta.
¿Por qué fallé?
¿Por qué no fui mejor?
¿Merezco otra oportunidad?
Jugar bien al golf requiere presencia, paciencia, perdón, lo mismo que vivir, lo mismo que amar, el golf también te enseña a perder sin ruido, a empezar de nuevo, a aceptar que hay golpes que no se pueden deshacer.

Quien haya sentido alguna vez que llegó tarde a su propia vida, quien se haya equivocado tanto que no sabe por dónde empezar a perdonarse, quien busque historias que no subestiman la inteligencia del espectador, quien quiera ver cómo se construye una familia sin sangre, pero con raíces más profundas que el ADN untambién, por supuesto, quien ame el golf no solo como deporte, sino como filosofía.

Críticos y plataformas han valorado Stick con un notable alto, pero hay series cuya verdadera crítica ocurre en el pecho de quien las ve. Stick no te cambiará la vida, pero tal vez, solo tal vez, te haga mirar de forma distinta tus errores y eso, amigo lector, ya es mucho más que un birdie.

Stick no busca héroes, busca humanos y en este tiempo de máscaras y excesos, encontrar una historia que dignifique el fracaso y celebre las segundas oportunidades es un acto de coraje y de superación.
Porque al final, todos jugamos nuestra propia partida y lo que cuenta no es el resultado… sino con quién decides jugarla.