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Platek ilumina, La Monástica Resort.

  • Redactor
  • 1 ago
  • 3 Min. de lectura
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La luz que susurra al paisaje toscano, un proyecto de iluminación emocional y sostenible firmado por Platek.


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En el corazón de la Toscana, donde las colinas parecen flotar entre brumas de historia y el tiempo se adormece entre cipreses y campanarios, La Monastica Resort & SPA emerge como un refugio de armonía. Antiguo convento de Santa Scolastica, hoy se erige como un destino de ensueño que aúna herencia, bienestar y un nuevo lujo silencioso, la iluminación que acaricia, en lugar de deslumbrar. Esta metamorfosis lumínica ha sido posible gracias al saber hacer de Platek, cuya intervención convierte la oscuridad en un poema de luz.



La luz como relato emocional
La luz como relato emocional

La iluminación en La Monastica no es un recurso técnico, es una narración. Cada haz de luz cuenta una historia, cada sombra guarda un suspiro, bajo la dirección sensible de Stefania Arrighetti, CEO de Monastero del Castello Srl, y en colaboración con su padre, el proyecto de iluminación se diseñó como un homenaje a la tierra, la arquitectura y la memoria del lugar. La elección de Platek no fue casual, su filosofía de equilibrio entre estética y funcionalidad encajaba con la visión de un espacio que debía sentirse eterno pero contemporáneo.



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Flamingo, Mini y Micro, diseño que respira



Las colecciones seleccionadas —Flamingo de la diseñadora Sara Moroni, y las discretas Mini y Micro desarrolladas por el equipo de I+D de Platek— se integran con delicadeza en el entorno. El resultado no es una iluminación que invade, sino una que conversa con la naturaleza. Flamingo baña suavemente los muros históricos y los caminos serpenteantes, mientras que Mini y Micro, casi invisibles, revelan con sutileza la majestuosidad de los árboles centenarios, las texturas de la piedra y las curvas del terreno.


Cada fuente de luz ha sido calibrada como una nota musical dentro de una sinfonía paisajística; el objetivo no era destacar, sino sugerir. Así, el jardín, dividido en nueve terrazas que siguen el trazo medieval del terreno, se convierte en un escenario nocturno donde la vegetación, la arquitectura y la luz se funden en un equilibrio orgánico.



Iluminar sin romper el hechizo
Iluminar sin romper el hechizo

Los dos espejos de agua con niebla, situados en terrazas estratégicas, multiplican el efecto de la luz. Reflejos líquidos, brillos suaves y un leve parpadeo de claridad transforman el ambiente en una experiencia sensorial completa, donde el rumor del río cercano, el perfume de los cítricos y el canto de los pájaros completan el lienzo. Aquí, la luz no ilumina, acompaña.



Tecnología al servicio del alma y el planeta
Tecnología al servicio del alma y el planeta

El proyecto no solo seduce desde lo estético, Platek ha incorporado tecnología de vanguardia para reducir la contaminación lumínica y optimizar el consumo energético. Gracias a un trabajo interno de investigación óptica, la marca asegura una eficiencia sin comprometer la calidad sensorial del resultado. Se trata de una iluminación emocional, sí, pero también consciente y responsable, alineada con una visión sostenible del diseño.


Una filosofía que trasciende
Una filosofía que trasciende

La intervención en La Monastica Resort & SPA no es una excepción dentro del lenguaje de Platek, sino la consolidación de una mirada que interpreta la luz como forma de hospitalidad emocional. Cada proyecto es una oportunidad para repensar el espacio exterior no solo como entorno físico, sino como una extensión del bienestar humano. Una habitación, un jardín, una piscina, todo puede ser más acogedor si está bien iluminado y esa iluminación, si está bien diseñada, puede mejorar el ánimo, calmar la mente y devolvernos al ahora.



Cuando el silencio se vuelve luminoso
Cuando el silencio se vuelve luminoso

La Monastica Resort & SPA es un himno a la paz, la historia y la belleza esencial. La intervención lumínica de Platek no solo embellece, santifica. Convierte la noche en un espacio habitable, meditativo, inspirador, cercano y acogedor. En este lugar donde el tiempo se suspende y la naturaleza se escucha, la luz no irrumpe, susurra.


Porque, a veces, el verdadero lujo no es lo que se ve… sino lo que se siente cuando cae la noche.

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