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Megalópolis.

  • Redactor
  • 22 may
  • 3 Min. de lectura

Una oda cinematográfica a las utopías urbanas desde el prisma de la arquitectura biónica



En el vasto universo del cine contemporáneo, pocas películas logran capturar la majestuosidad y la complejidad de nuestras ciudades como lo hace Megalópolis, una obra maestra que actualmente ilumina las pantallas de Movistar Plus. Esta cinta, escrita, dirigida y producida por un visionario del séptimo arte, Francis Ford Coppola, no solo nos narra una historia intrigante, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre cómo concebimos, construimos y habitamos los espacios urbanos en un mundo en constante cambio.



Megalópolis nos transporta a una metrópoli del futuro donde la coexistencia entre la naturaleza y la tecnología ha alcanzado una simbiosis casi mágica. La trama gira en torno a un arquitecto idealista que, tras un cataclismo urbano, busca rediseñar la ciudad en torno a los principios de la arquitectura biónica. Su visión choca con los intereses políticos y económicos de una élite que prefiere mantener un modelo de desarrollo basado en la separación entre lo humano y lo natural.


El protagonista, interpretado con maestría por Adam Driver, que ha hecho películas como Ferrari, La casa Gucci, Star wars,... su presencia en esta pantalla es hipnotizante, encarna la tensión entre lo práctico y lo idealista muy bien. La película transita entre grandes maquetas conceptuales, simulaciones de realidades aumentadas y debates éticos sobre la sostenibilidad y el legado cultural.


La arquitectura biónica, llevado al extremo con una disciplina que emula las formas, procesos y sistemas de la naturaleza para crear espacios humanos sostenibles, es la piedra angular de la película. Las escenas de diseño urbano están impregnadas de geometrías fractales, estructuras que evocan a las colmenas de abejas, alas de libélula, o los pulmones humanos, y fachadas vivas cubiertas de vegetación. El director aprovecha al máximo los avances en CGI para presentar una ciudad que respira, crece y se adapta como un ser vivo.


La paleta cromática refleja tonos verdes y terrosos predominan en contraste con los grises metálicos de las partes de la ciudad que representan el pasado industrializado. Esto crea una tensión visual que complementa la narrativa: ¿debe la humanidad avanzar hacia un futuro integrado con la naturaleza, o resistirse al cambio?



Aunque la historia se ambienta en un futuro ficticio, las implicaciones sociopolíticas de Megalópolis son sorprendentemente actuales. El guion cuestiona las políticas de urbanización descontrolada, la gentrificación, y la desconexión entre el diseño urbano y las necesidades humanas. Al mismo tiempo, invita al espectador a soñar con un modelo de ciudad que priorice la armonía ecológica y el bienestar colectivo.


El antagonista principal, un político cuya retórica suena inquietantemente familiar, representa los intereses de un modelo de desarrollo obsoleto, donde la economía se coloca por encima del medioambiente. Sus diálogos, cargados de cinismo, son un recordatorio de los desafíos que enfrentan los visionarios en cualquier época.


Megalópolis no es solo una película; es una experiencia. La banda sonora, compuesta por un genio contemporáneo de la música experimental, combina sonidos urbanos, cantos de aves y resonancias de instrumentos electrónicos para crear un paisaje sonoro envolvente. Los planos largos, a menudo meditativos, recuerdan la obra de cineastas como Andrei Tarkovsky, mientras que las escenas más dinámicas evocan el estilo de Denis Villeneuve en Blade Runner 2049.



En esencia, Megalópolis es un manifiesto visual que nos invita a repensar nuestras ciudades y a nosotros mismos. No ofrece soluciones fáciles, pero sí nos plantea un desafío.


¿Estamos dispuestos a imaginar un mundo donde el diseño urbano no solo sea funcional, sino también poético y ético?


Si eres amante del cine que no teme explorar ideas profundas y complejas, esta es una película que no te puedes perder. Y si, has leído el artículo que hemos hecho sobre la arquitectura biónica, verás una ventana hacia un futuro más humano, Megalópolis te dejará soñando con lo que nuestras ciudades podrían llegar a ser.

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