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Marga Clark

  • Elena Calabrese
  • 23 may
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 26 may

El arte de revelar lo invisible.

Por Elena Calabrese




Marga Clark, poeta, fotógrafa y artista de una sensibilidad desbordante, es una de esas figuras singulares que, desde el rincón más íntimo del arte, han logrado proyectar su universo creativo a través de una obra polifacética. Su trayectoria, tejida con palabras, imágenes y emociones, nos invita a transitar por los paisajes de la memoria, la introspección y la belleza fugaz del instante. Hablar de Marga Clark es adentrarse en un mosaico de expresiones artísticas que entrelazan la poesía visual y la narrativa simbólica.



La génesis de una mirada artística
La génesis de una mirada artística


Marga Clark nació en Madrid en 1944, en una España marcada por las cicatrices de la guerra. Este contexto histórico, cargado de tensiones y silencios, sería una constante presencia en su obra, impregnando sus creaciones con una introspección que trasciende lo personal. Desde su infancia, Clark estuvo rodeada de referentes literarios y artísticos, no en vano es sobrina carnal de la dibujante y escultora Marga Gil Roësset, a la que debe su nombre y que junto con otras mujeres de la familia, como la escritora Consuelo Gil Roësset y la pintora María Roësset Mosquera, además de la pintora y prima de Marga Gil, Marisa Roësset Velasco, que como se puede apreciar, conforman todas un elenco admirable de la generación del 27 en España, generación que ha sido olvidada en el caso de las mujeres artistas que la compusieron y que ahora nuestra Marga Clark, depositaria de este legado artístico, nos viene a recordar en su obra, siendo aquella joven escultora prodigio, una de las legendarias “sin sombrero”, Marga Gil, una figura muy presente e inspiradora en sus creaciones.

Este entorno estimulante le permitió desarrollar una temprana afinidad por el arte y la literatura. Poeta y fotógrafa casi de obligado cumplimiento, viendo el linaje de artistas que la preceden, Marga Clark es un referente actual en el mundo cultural internacional y pionera en los campos que ha trabajado.




Tras completar sus estudios en Estados Unidos, donde se adentró en el mundo de la fotografía, Marga Clark comenzó a explorar las posibilidades expresivas de este medio, combinándolo con su amor por la palabra escrita. La influencia del surrealismo, los grandes maestros de la fotografía como Man Ray y Philippe Halsman, y su profundo interés por la poesía mística, configuran el marco inicial de su obra.



La fotografía como lenguaje del alma
La fotografía como lenguaje del alma


En la fotografía de Marga Clark, la luz y la sombra no son meras herramientas técnicas, sino metáforas que dialogan con el espectador. Sus composiciones, a menudo cargadas de simbolismo, trascienden la mera representación para convertirse en una exploración de lo intangible. Desde sus primeros trabajos, quedó claro que Clark no buscaba retratar la realidad objetiva, sino capturar la esencia poética de aquello que observaba.





Sus series fotográficas más emblemáticas, como “Transformaciones” y “Movimiento estático”, son un testimonio de su capacidad para transformar lo cotidiano en algo sublime. En estas obras, los objetos adquieren un carácter casi ritual, como si cada fotografía fuera un acto de devoción hacia la belleza escondida en lo banal. La fragilidad de una flor marchita, la textura de una pared desgastada o la sutileza de una luz que se filtra a través de una ventana se convierten, bajo su mirada, en portales hacia un mundo de emociones y recuerdos.



El diálogo entre palabra e imagen
El diálogo entre palabra e imagen


Uno de los aspectos más fascinantes de la obra de Marga Clark es su capacidad para entrelazar la poesía y la fotografía. Para ella, estos dos lenguajes no son entidades separadas, sino ramas de un mismo árbol creativo. En libros y porfolios como “ Chiaroscuro”, "De profundis" y “Flor de fuego”, Clark despliega un diálogo íntimo entre textos poéticos e imágenes, invitando al lector / espectador a una experiencia sensorial completa.





En sus poemas, la palabra fluye con una cadencia que recuerda al ritmo de sus composiciones visuales: una búsqueda constante de equilibrio entre lo evidente y lo oculto, entre el silencio y la voz. Este mestizaje artístico se erige como una de las grandes aportaciones de Clark al panorama cultural contemporáneo, situándola en un lugar privilegiado dentro de la tradición de artistas multidisciplinares.


Épocas e inspiraciones:


La obra de Marga Clark puede dividirse en varias etapas, cada una marcada por una evolución en su mirada y sus preocupaciones artísticas.

La etapa inicial (años 70 y 80), donde su obra fotográfica se centra mas en explorar la desintegración urbana como vestigio de nuestro propio derrumbamiento y esta influenciada por sus estudios en el extranjero. Esta fase revela una clara inspiración en los movimientos vanguardistas conceptuales.

La introspección poética (años 90), en esta época, Clark profundiza en la trascendencia y la poesía adquiere un mayor protagonismo. Series como “ Las cajas áureas”, “Poemas efímeros” y "Miradas ausentes", son un reflejo de su búsqueda por capturar lo efímero y lo eterno en un mismo instante.

La madurez creativa (siglo XXI). En esta etapa, su obra alcanza un equilibrio entre la experimentación y la reflexión. A través de proyectos como “Instantáneas del alma”, o " El soplo de lo invisible" y " Evocaciones". Clark explora temas como la memoria, el duelo y la trascendencia. Es también un periodo de reconocimiento internacional, con exposiciones en Europa y América Latina que consolidan su legado.



Recientemente, con la vitalidad que le caracteriza, la artista está dedicada a la producción de una obra literaria junto a su hijo, también artista y cineasta, Steve Clark, en la que con formato epistolar, van rememorando para el lector, la trayectoria familiar que no es otra que la historia de España y Estados Unidos en los últimos 40 años, a través de personajes valiosos e icónicos del mundo del arte y el cine, como Andy Warhol y Steve McQueen, entre otros.


El simbolismo de la memoria
El simbolismo de la memoria

La memoria ocupa un lugar central en la obra de Marga Clark. Más allá de ser un tema recurrente, es un prisma a través del cual observa el mundo. Para ella, el acto de recordar no es simplemente un ejercicio nostálgico, sino una forma de reconstruir la identidad y dar sentido a la existencia. Sus fotografías, cargadas de texturas y tonalidades melancólicas, evocan fragmentos de historias que parecen suspendidas en el tiempo.





Esta preocupación por la memoria está intrínsecamente ligada a su biografía. La pérdida de seres queridos y la necesidad de comprender el legado familiar son motores que impulsan su obra, dotándola de una profundidad emocional que resuena con el espectador.



El legado de una artista integral
El legado de una artista integral


Hablar del legado de Marga Clark es reconocer su capacidad para transformar las inquietudes humanas en arte.


Su obra, que trasciende las fronteras entre disciplinas, es un testimonio de la riqueza del espíritu creativo y de su poder para conectar con lo universal.




Clark nos deja un cuerpo de trabajo que no solo celebra la belleza, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el tiempo, la memoria y la fragilidad de la vida. Sus imágenes y palabras permanecerán como faros para futuras generaciones de artistas y soñadores, recordándonos que el arte, en su forma más pura, es un puente hacia lo eterno.




En un mundo que avanza a ritmos vertiginosos, la obra de Marga Clark nos ofrece un remanso de contemplación y profundidad, un recordatorio de que lo esencial se encuentra, a menudo, en las sombras más sutiles y en los silencios más elocuentes.

Consuelo.        Marga.          Elena
Consuelo. Marga. Elena

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