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Hamilton: Cuando el tiempo se convierte en un juego

  • Redactor
  • 4 oct
  • 3 Min. de lectura

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Hay marcas que no solo fabrican relojes, sino que crean símbolos. Hamilton es una de ellas. Su historia late entre raíles de ferrocarril, cabinas de pilotos, rodajes de Hollywood y ahora, en un movimiento tan audaz como natural, en las coordenadas infinitas de los videojuegos.


Desde hace casi un siglo, Hamilton ha sabido contar historias midiendo segundos. En Interstellar un reloj se convirtió en el vínculo entre padre e hija a través del espacio-tiempo; en Tenet, fue el testigo de una narración plegada sobre sí misma. Ahora, ese mismo espíritu de inmersión cruza la pantalla para habitar mundos virtuales donde cada jugador no solo observa, sino que crea su propio destino.



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El tiempo jugado: Far Cry 6



La primera incursión de Hamilton en el gaming llegó con Far Cry 6. Allí, en medio de una isla marcada por la revolución, los jugadores podían llevar en su muñeca —virtual y real— el Khaki Field Titanium Automatic. Inspiración militar, titanio ligero, espíritu robusto. Un reloj diseñado tanto para resistir la batalla digital como para acompañar la vida cotidiana fuera de la pantalla. Ese puente entre el código binario y el acero tangible convirtió a Hamilton en pionero: el primer reloj de marca en aparecer dentro de un videojuego.



El tiempo narrado: Death Stranding 2


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Si Far Cry fue acción, Death Stranding 2 es atmósfera, soledad y épica. En colaboración con Hideo Kojima, Hamilton creó el American Classic Boulton Death Stranding 2 Limited Edition, un guardián del tiempo con caja de titanio en PVD negro, agujas que parecen anillos suspendidos en la nada y un segundero naranja que late como un latido en la oscuridad. Es un reloj pensado no solo como pieza, sino como símbolo: medir el tiempo en un universo donde caminar se convierte en resistencia poética.



El tiempo táctico: Call of Duty: Black Ops 7



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En Call of Duty: Black Ops 7, el reloj no es un accesorio, es estrategia. El Khaki Field Auto 38 mm Call of Duty es una herramienta compacta, precisa, con esfera negra, Super-LumiNova® y espíritu de misión. En el fragor de la acción, cada segundo es un arma, cada minuto una decisión que cambia el rumbo de la partida. Aquí, Hamilton convierte la relojería en táctica militar, sin perder el refinamiento que lo caracteriza.



Relojes que cuentan historias


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El salto de Hamilton al universo de los videojuegos no es casualidad. Es la consecuencia natural de su obsesión por la narración. El cine y el gaming comparten un mismo lenguaje: mundos inmersivos, personajes con capas, detalles que sostienen la verosimilitud. Pero el videojuego tiene una diferencia esencial: el jugador es protagonista. Y en ese papel, el tiempo —y el reloj— se convierten en compañeros inseparables.


Hamilton no entra en los videojuegos para hacer marketing. Lo hace porque entiende que un reloj puede ser algo más que un instrumento: puede ser una extensión de la experiencia, un objeto que vive en el cruce entre la ficción y la realidad. Una pieza que nos recuerda que, aunque los mundos cambien, el tiempo siempre nos pertenece.

Tres relojes, tres universos:



Khaki Field Titanium Automatic (Far Cry 6)

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Caja de 42 mm de titanio, movimiento H-10 con 80 horas de reserva, correa NATO de piel de becerro, con un precio de 1.045 €.



American Classic Boulton Death Stranding 2 Limited Edition


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Caja de titanio PVD negro de 36x48 mm, brazalete arenado de tres filas, segundero naranja, logotipo del juego en el fondo. Precio: 1.625 €.



Khaki Field Auto 38 mm Call of Duty


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Caja de acero de 38 mm, movimiento H-10, correa NATO verde caqui, resistencia al agua de 100 m. Precio: 925 €.




“En el cruce entre el código y la mecánica, Hamilton nos recuerda que el tiempo también se juega.”






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