Frederique Constant. Tourbillon y nácar

Classic Tourbillon Manufacture Nácar, un nuevo horizonte en la Alta Relojería.

En el sofisticado universo de la alta relojería, donde la innovación técnica se entrelaza con la estética, Frederique Constant despliega una creación que redefine los límites de la elegancia y el lujo, para su Classic Tourbillon Manufacture. Este reloj encarna una sinfonía de tradición e innovación, destacándose no solo por su complejidad técnica, sino también por su audaz combinación estética de materiales nobles.

Por primera vez, la manufactura ginebrina viste su icónico Tourbillon con una esfera de nácar, engastada en una caja de oro blanco de 18 quilates. Este material, apreciado por su brillo natural y su carácter único, añade un matiz poético y vibrante, como si fuera un cielo tormentoso en primavera. Cada esfera de nácar, con sus reflejos cambiantes de gris y azul, las convierte en piezas únicas, asegurando que cada reloj sea irrepetible. La caja de 39 mm, compacta y refinada, resalta la pureza de este diseño excepcional, mientras que los tornillos azulados y los índices aplicados a mano completan una estética de impecable sofisticación.

En el corazón de este majestuoso reloj late el calibre FC-980, lanzada en 2023. Este mecanismo, integra un escape de silicio, es resistente a los campos magnéticos y a las variaciones de temperatura, garantizando precisión y fiabilidad excepcionales. El movimiento visible a través de la esfera y el fondo de cristal de zafiro revela detalles exquisitos, como el graneado circular, los biseles pulidos y los puentes satinados. Su tourbillon, con una rotación de un minuto, no solo fascina visualmente, sino que también contribuye a una mayor precisión del reloj y sirve de representación del segundero, a través de la aguja que levita en la parte superior.

Limitado a solo 36 ejemplares numerados, el Classic Tourbillon Manufacture es una oda a la exclusividad. Cada unidad, ensamblada a mano en la manufactura de Plan-les-Ouates, es un testimonio de la dedicación artesanal y del compromiso con los estándares más altos de la relojería Swiss Made.

La esfera presenta una estética minimalista, dejando que el nácar tome protagonismo. Las únicas inscripciones visibles son “Frederique Constant - Genève - Swiss Made,” una declaración sobria que encapsula la herencia y la calidad de la marca. Este diseño se complementa con una correa de aligátor azul claro con cierre desplegable, que aporta un toque contemporáneo al conjunto. En mi opinión, una correa de azulon hubiera destacado mucho y le hubiera dado un toque más elegante.

Desde su fundación en 1988, Frederique Constant ha perseguido una visión clara: democratizar el lujo en la relojería suiza. En su 35 aniversario, la Maison reafirma su compromiso con la excelencia técnica y el diseño innovador, consolidándose como un actor clave en la alta relojería global.

El Frederique Constant Classic Tourbillon Manufacture es una historia de innovación y artesanía en un objeto que pueden llevar tanto hombres como mujeres. Una pieza que no solo mide el tiempo, sino que lo transforma en arte. Un verdadero tributo a aquellos que viven su pasión sin compromisos.

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