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Antón Goiri.

  • Foto del escritor: Vicente Alonso
    Vicente Alonso
  • 12 sept 2022
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 16 mar

El Arte de un instante único para toda la vida.

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Antón Goiri, fotógrafo editorial y de autor, de reconocido prestigio internacional que ha trabajado para la mayoría de los medios editoriales de prestigio mundial: Vogue, AD, Esquire, Elle, El Pais, Netflix, …

Por su objetivo han pasado personajes tan emblemáticos como el rey Felipe VI, presidentes de gobierno como Jose María Aznar o Felipe González; deportistas como Leo Messi, Pau Gasol, Marc Márquez, Jorge Lorenzo o Rafa Nadal; actores como Morgan Freeman, Viggo Mortensen, John Malkovich, Michael Caine, Antonio Banderas; músicos, como Marilyn Manson, Alejandro Sanz, Lenny Kravitz, Barry White y Paco de Lucia; diseñadores como John Galliano o Dolce & Gabbana, en resumidas cuentas, la lista sería interminable.



Para Antón, la mirada de un fotógrafo no solo es coger un trozo de realidad y meterlo en un rectángulo, también está en la edición posterior al trabajo.

La mirada se puede cultivar aprendiendo de los mejores. Su meta cuando retrata a un personaje, no es sacarle guapo, sino representar su auténtica visión, el alma que descubre con su objetivo, aunque no le guste al protagonista.



Los años de experiencia, no solo te ayudan a hacer buenas fotos, también aprendes una profesión donde las relaciones humanas son muy importantes:



como relacionarte con tu personaje, antes, durante y cuando finalmente le entregas la fotografía.

También es importante cuidar cómo te relacionas con tus editores, de qué forma editas tu trabajo y cómo lo presentas. Ser un profesional requiere de tiempo y experiencia.

En su juventud, este bilbaíno, tuvo acceso a cámaras que muy pocos jóvenes soñarían con tocar; su tía se dedicaba a la profesión y gracias a su influencia, se sumergió en un mundo de fotogramas, películas, placas, hojas de contacto, algo que combinaba mientras estudiaba la carrera de derecho.




Esto le mimetizo con una profesión muy diferente a lo que estudiaba, derecho de la universidad de Deusto. En los inicios, educó el ojo, experimentó con la luz, la velocidad de obturación, la sensibilidad de los objetivos…



Los costes de los rollos de película eran elevados, por eso, había que tener una idea clara de qué encuadrar y crear una composición previa a cualquier disparo.

Coincidiendo con la llegada del Guggenheim a Bilbao, Antón se fue a visitar al director de la primera sala del museo, la sala Rekalde y le propuso hacer un libro con su obra. El director acepto y le ofreció una exposición conjunta con Robert Rosenberg. Una exposición que tuvo mucho éxito y que catalogó el Reina Sofía. Esto le abrió las puertas como fotógrafo artístico. Así comienza su carrera, con ofertas de "La Vanguardia" o "El País Semanal".



En aquella época, haber vivido en Inglaterra y Francia, hablar idiomas era poco habitual, cosa que le permitió recibir encargos desde el extranjero: festivales de cine, viajes a Europa, …

Retrató a Marilyn Manson y a Lenny Kravitz. La confianza y seguridad que transmitía a los personajes, junto a la experiencia en proyectos similares, le fue consolidando más en el mercado internacional, hasta tal punto que ha realizado, más trabajos para "VOGUE Alemania", que para su homónimo en España.




El proceso creativo de los retratos a celebridades, pasa por mirar todo lo que se ha hecho sobre ellos, descubrir los mejores ángulos, la luz, los colores, los escenarios... Hacer una profunda reflexión, buscar algo diferente a lo que se ha producido hasta ese momento; con este concepto, diseña su proyecto, lo dibuja, se lo muestra al personaje, para implicarle en lo que van a realizar juntos.

El objetivo de Antón, no es caerle bien, o plasmar su belleza más comercial, sino mostrar al mundo la mejor visión de ese retrato. Llegar hasta el sentido profundo del personaje, darle una forma visual que trascienda a lo meramente observable.


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Una vez realizado el trabajo, desconecta unos días para olvidar lo vivido, para dejar de soñar con ellas y entonces, comienza la edición de crear su propia visión única.

Las cámaras que le permiten trasmitir más emociones son las de 35mm, con un objetivo de 50 mm, lo más parecido a la mirada. Su marca favorita, Leika M, "lo tienes que hacer todo manualmente, es pequeña, manejable y tiene un visor directo", sin interferencias.



Para Goiri, las cámaras no se pueden mejorar: velocidades de obturación muy lentas, rangos dinámicos larguísimos, que permiten fotografiar casi sin luz. Las cámaras son ligeras, puedes ir a cualquier lugar con ellas, son estancas, lo que les garantiza una larga vida lejos de la erosión del polvo y la humedad. Según su experta opinión, lo único que están mejorando es el precio. Cada vez hay más imágenes, con los teléfonos y las redes sociales, el volumen de fotografías directas y de terceros se ha disparado, por eso Antón pide a los espectadores que sean más críticos, igual que lo son con la literatura, el cine, o la música. Que reflexionen que les atrae de las fotografías, que refinen sus gustos, su estilo, que busquen aquellas que les transmitan más emoción.



Cuando le pregunto por alguna anécdota, su respuesta es que cada sesión es una anécdota, pero recuerda un viaje a Milán, con la modelo Laura Ponte, para hacer la portada de ELLE con Dolce y Gabbana, es un recuerdo especial que nos regala y lo relata así:




"Teníamos que llegar a las tres de la tarde y llegamos a las once de la noche. La sesión era a la mañana siguiente. Teníamos mucha hambre,

así que nos fuimos a cenar al Ristorante Pescatore." Antón la recuerda como una cena divertida, con una de las mujeres más bellas, generosas e inteligentes, que ha conocido. Cada uno se tomó un risotto y una milanesa, entre risas trascurrió la velada con el resto del equipo, al finalizar se fueron a dormir. A la mañana siguiente, Laura no "entraba" en ningún vestido. ¿Qué hacemos?

Pues se nos ocurrió cortar en abertura la parte trasera de aquellos vestidos, no sin dejar de lado la mirada atónita de los representantes de la marca, aunque así conseguimos aquella histórica y magnifica portada.



¿A quién te hubiera gustado fotografiar?


Rápidamente, responde: a Paul Weller, el musico, cantante y compositor británico, de la banda Mod, los Jam, porque se lo ha encontrado en varias ocasiones comprando en el supermercado, en Cádiz. También le hubiera encantado retratar a Churchill. Tras unos segundos de reflexión, me dice, fotografiar a personas de gustos muy diferentes a los suyos, le parece más que interesante. Poder mantener esa distancia y perspectiva, contrastar personajes muy diferentes entre sí, es todo un reto, por eso también me habla de Hitler, o Stalin.



¿Cómo encuentras los espacios que fotografías para tus exposiciones?

Los espacios me encuentran a mí, no tengo tiempo de buscarlos, pero cuando viajo, ellos me encuentran a mí. Mi último trabajo fue un astillero, tenía un amigo que era administrador concursal del astillero, es un lugar preservado en el tiempo, porque pensaban que volvería a abrir, pero no fue así. “Al verlo paré mi trabajo y me dediqué a fotografiar cada uno de los rincones".



Al ver las fotografías, son todo un lujo, mostrando el espacio, convertido en un "cementerio de elefantes" post apocalíptico. El lugar ideal para enterrar la historia industrial al borde del mar, como Danny Lyon homenajeo entre andamios, la caída del viejo Manhattan.



Antón Goiri, la mirada del alma en estado puro

Gracias por enseñarme a mirar en el interior de las personas y descubrir su auténtica imagen.



 
 
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