top of page
Brunch terraza Hotel CoolRooms Atocha 1.jpg

COOL ROOMS

Cool Rooms Palacio de Atocha, un nuevo concepto de hotel de lujo en pleno corazón de Madrid

unnamed.jpg

MODERNIDAD EN EL CORAZÓN DEL MADRID MÁS ANTIGUO

Detalle casa palacio Atocha 34.jpg

Si nos dijesen que es posible encontrar un oasis de paz, en donde el tiempo se detiene y permite recuperar la añoranza de la compañía que esta pandemia nos arrebató, o deleitarse junto a una piscina de aguas transparentes en el corazón del Madrid más antiguo, con ventanales y ornamentación isabelina, repleta de molduras y maderas añejas que nos transportan al pasado.  La recepción, de la evocación colonial y sus patios transformados en jardines repletos de sillones, butacones y sofás de estilo, que resultan irresistiblemente atractivos tras los cristales de las puertas que los guardan. Intimidad y lujo.

Louis XVI Meeting Room.jpg

El hotel Cool Rooms  Palacio de Atocha, se muestra como refugio para transeúntes urbanos, que se adentran, en un mágico mundo, a otra dimensión arrebatada al tiempo y al recuerdo. Cada proyecto de esta empresa, crea espacios únicos, que cuentan una historia, con dinámicas y razones creativas únicas.


El hotel reúne las condiciones de la familia Cool Rooms, dotadas de este afán remodelador del hecho histórico que, una vez rescatado del limbo de los inocentes, aterriza entre nosotros con renovado aire contemporáneo, pero conservando el legado de quien lo hubo pensado en origen.

LA CALLE ATOCHA, EL ESCENARIO DE MADRID A TRAVÉS DE LA HISTORIA 

2020-08-01.jpg
IMG_2588 (1)_edited.jpg
coolrooms-atocha-8795-10-1.jpg

La calle Atocha, ha sido escenario de la formación del Madrid actual, cosmopolita y acogedor, a través de los tiempos; desde que fue villa hasta ser corte y ahora, embajadora de culturas y merecedora de todos los halagos que aquel que se deja atrapar por su embrujo, le profiere generosamente. Y es que Atocha, Carretas, la Puerta del Sol... tienen su historia ligada a las nuestras y son escenarios de muchas batallas y sucesos que ya no nos son ajenos ni lejanos en el tiempo.

El hotel está en el centro neurálgico del Barrio de las Letras, llamado así por su aportación al mundo literario, al ser albergue de ilustres plumas durante el Siglo de Oro español, en cuyos mentideros y tabernas, la vida tenía el precio de una  pequeña moneda, pago y limosna para aquellos "justicieros del hambre y la miseria", que ajustaban cuentas,  jugándose la vida tras la capa y el embozo.

Los marqueses de Riscal , adquirieron este palacete, construido en 1857 al albur del sueño de un funcionario del ministerio de ultramar,  que deseaba fervientemente el favor de la soberana Isabel II para pasar, como por arte de magia, de hidalgo a noble.

Cosa difícil para la burguesía,  en una España que se debatía entre la corona y la revolución industrial, la modernidad y la tradición, porque estaba cambiando el entorno de la ciudad de Madrid con proyectos urbanísticos pretenciosos y diseños de nuevas concepciones arquitectónicas, más acordes con la Europa imperial. Como  este palacio de Atocha,  construido  a tenor del estilo  isabelino,  en homenaje a la joven soberana y como celebración ornamental y simbólica del acenso social de su promotor. 

Vigilado por el dios Hermes o Mercurio según quieran ustedes seguir la tradición helénica o romana,  mensajero de los dioses, nunca vio del todo complacidos sus pretensiones de grandeza en esta vida y a pesar de la traición, fue el artífice de que finalmente, se alzase majestuoso este palacio llamado la casa de Atocha 34. Testigo de las reuniones y proclamas de una burguesía bien avenida, que miraba hacia la rancia  nobleza con envidia, sin saber que ambas eran víctimas de la misma  decadencia.

 El espacio del hotel, se deja apoderar, generosamente, por cada "inquilino" que se transforma en parte del escenario cotidiano, en un alarde de culto poético dirigido al bienestar, entendiendo éste como esencia de su savoir faire